martes, 16 de noviembre de 2010

Sueño del pozo


A pesar de todo estoy aquí, parado en el borde de un paraíso naranja, entre cristales salados de un sol con olas; mi antigua ropa de pana no resiste más mi cuerpo decrépito, ante mis ciegos ojos, figura un hermoso disco, una luz, un sendero, un soplo, yo.
Nada más hermoso que ver aquello en lo que transcurren mis días, hermoso, yo digo que es bello, si existiesen más palabras para lo que digo, con gusto las enmarcaría en este plano, pero no tengo, no me importa.
Sólo miro un deseo, pero es una realidad, mis huesos respiran aquella espuma que es néctar de aquel plato sin fondo, mi bastón tambalea entre las rocas, pero no siento mas que un piso lizo y firme, sigo esperando.
En verdad que esto es hermoso, no hay nada excepto la silueta de un imperio que se esfuma entre hilos dorados, rosas, naranjados, ultramarinos, azules y verdes. Un preciosos arcoíris pero sin corona, sólo una mancha.
Dónde se quedaron aquellos momentos en los que dialogaba contigo Dios mío, dónde… creo que lo hago a diario pero eres más sordo que la oreja de Van Gogh, ¡que más da! No tienes remedio.
Cuan fresca es esta tarde, no tengo otro momento más hermoso que este, no sé si sueño, pero me gusta esto, siento que estoy, siento que siento, no quiero nada más, sólo a mí con lo que tengo, nada más.
Me distraigo por momentos, pero es sólo un momento comparado con lo que vivo, no quiero morir, prefiero petrificarme aquí, sólo una vez en tu vida escúchame, sólo una vez, no te pido más.
Ya se está muriendo, ¡lástima! Pero soy joven y sé esperar, ahora me toca vivir entre copos que nunca caen, copos de aquellos que todos ven, pero nadie sabe que son, sin embargo, tienen nombres, nombres de algún dios o lo que sea…
Bueno, seguiré aquí, total, no hay nada en el mundo humano que sea tan importante como el hecho de vivir, sin la necesidad de existir, si muero, moriré en mí, no moriré como todos, aprisionando su cuerpo para no vivir.

0 comentarios:

Publicar un comentario