viernes, 8 de octubre de 2010

Grano de mostaza


Cuan desdichado es aquel que busca en los demás sus defectos para resaltar sus virtudes. Cuan desdichado es aquel que busca las riquezas antes que hallarse a sí mismo. Cuan desdichado es aquel que se empeña en ser sabio entre sabios cuando la sabiduría reposa hasta en las hojas otoñales. Cuan desdichado es aquel que mira sin observar para emitir juicios y dar razón de la suposición sin ser la realidad. Cuan desdichado es aquel que se empeña en ser persona justa juzgando a sus vecinos que son opuestos a su deshonesto corazón. Cuan desdichado es aquel que le confía su vida a la ciencia cuando ésta lo desarma de lo que lo hace ser una criatura especial…
Es en el amor que muchos ubican el origen de sus satisfacciones y temores, pero pesan más las desdichas que aquello por lo cual le fue otorgado al humano de la mano de quien es todo cuanto hay pero que a su vez es nada. Y es de aquellos quienes aman con todo el alma lo que le es prometido a todo ser que no comete acción dañina alguna el reino de lo que es, como un cielo cristiano, como el río de los musulmanes, como el nirvana del buda…Somos resultado de lo que han hecho de nosotros decía Sartre, pero somos más lo que reprime nuestra consciencia social, y es en la sociedad donde se desatan las peores sanciones para el amor porque cada sujeto juzga de manera apresurada lo que ve pero no es la realidad, se apresura en pronunciar su juicio sin comprobar que lo dicho sea verdadero y no una mera suposición. Porque todo cuanto nos envuelve se manifiesta como una única verdad, pero es ahí donde nosotros forjamos nuestras propias desdichas y orgullos al sabernos especiales y diferentes al otro, que es visto como un extraño y hostil ser ante nuestra vida en común. Pero es aquel extraño que trae la verdad de las cosas que basta al sordo escuchar lo que dice el que viene en nombre de quien es el padre de aquella comuna, el ciego mira con gran alegría lo que siempre ha sabido que existe, el mudo habla porque el silencio ya no tiene nada más que platicar con él.
Es ante todo, el miedo a la verdad por lo que muchos prefieren sacrificarla y santificarla en grandes altares de oro y plata con incrustaciones de hambre, sangre, sufrimiento, pobreza, ignorancia, mentiras e imposición. Y es porque aquel ser divino del cual emana la bondad y el amor se vierte entre mares de odio e ira inmisericorde para culpa de aquellos que cuando cometen culpa son perdonados antes de su acto pero son juzgados por seres de su misma índole, para conservar la riqueza y el poder terrenal que es creación de criaturas que manipulan a sus semejantes para establecer un reino banal con promesas de un paraíso incierto. Amor y compasión son inventos de aquel que sólo mira sin intervenir desde algún punto de lo más alto de las estrellas, pero que somos tan míseros para encerrarnos en grandes templos creyendo que ahí se halla quien está en todas partes, con manifestaciones distintas, con una verdad, la verdad de lo que es real. Y es donde la realidad se ve alterada porque la vista o los sentidos son engañados, como Descartes lo venía advirtiendo, pero nuestro corazón se cierra y confía su existencia a la incertidumbre y pérdida de fe. Pero la fe no está en ninguna religión o libro, la fe es sólo la creencia incierta en aquello que se quiere como cierto pero no se sabe si realmente es cierto o verdadero, para negar nuestra falta de credulidad nos justificamos en la fe como instrumento opuesto a la incertidumbre. Pero la fe es para aquel que no se da cuenta de la realidad, porque es negar que la lluvia es agua y tener fe en que así sea porque sentimos que es arena que se desborda en forma de cristales que son maliciosos y no queremos ahogarnos entre un mar de arena. Porque la fe da dinero a quien la manipula, la fe crea miedo, la fe engendra odio, la fe da la oportunidad de que unos dominen sobre otros, porque la fe es hija de un dios muerto…
Es por ello que en el amor pocos se fían, porque el amor conduce a la verdad, porque el amor viene de quien está vivo, porque el amor se opone a las leyes de los humanos que son leyes de dominación. Porque todo cuanto hace el humano para establecer el orden, lo hace para negar su verdadero ser, su naturaleza, su verdadero yo. Y es esto lo que la religión, el gobierno, la sociedad y demás creación humana que no enseña por ser una realidad dañina, porque es preferible matar al otro con tal de tener sus tierras, con tal de explotarle, con tal de sentirse poderoso ante el que cree débil.
El humano es historia, pero es una historia de odio interminable, guerras banales, miedo constante… porque el miedo del poderoso es ser derrocado por el débil que le supera en número, cuando el débil accede al poder se vuelve lo que temía, lo que odiaba. Y es este un círculo infernal que al escuchar “amaos los unos a los otros” cierra sus percepciones, le niega por considerarle atrasado, por ser laico, por ser objetivo, porque el amor nada resuelve y es una estupidez, porque es preferible ser racional pero no ser lo que se es realmente. Y es por ello que la humanidad muere junto con todas sus creaciones, porque aún vive entre sombras. Y es por ello que yo te digo. TE AMO